Miles Davis y su saeta, algunas consideraciones.

Miles Davis y su saeta, algunas consideraciones.

El pasado 21 de octubre participé, junto a mi compañero de la Universidad de Granada Miguel Ángel Berlanga, en el XIV Congreso de la SiBE, presentando un trabajo sobre Miles Davis y los orígenes de su Saeta. Ya habíamos asistido al congreso de Rhythm Changes, llamado este año Jazz Utopia, con los resultados de la investigación hasta aquel momento, en mediados de abril en Birmingham. En este texto voy a comentar de forma sucinta los principales resultados de la investigación, sin entrar mucho en detalles ya que el texto completo será publicado próximamente. En cualquier caso, espero que los datos y análisis que plantee en esta entrada sean de vuestro interés.

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Recuerdo perfectamente el estupor que me generó la primera vez que escuché la Saeta de Miles Davis, publicada en 1960 (CL 1480). Eran los albores de mi interés tanto por el jazz como por el flamenco, y he de reconocer que, en un principio, me desagradó bastante. Aun así, recuerdo compartirlo con mis compinches musicales de aquel momento, más como una curiosidad que como algo a lo que prestar más atención de la necesaria.

Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, empecé a no saltarme ese track cada vez que ponía el álbum entero. La atmósfera que genera la pieza comenzó a envolverme, y el discurso de Miles, como si se tratara de una especie de mantra, empezó a esbozar contornos peculiares que me generaban cada vez más curiosidad.

En 2011 empecé a documentarme para iniciar una nueva línea de investigación que indagara sobre la relación jazz flamenco, y un hallazgo me hizo reactivar, ya de forma definitiva, mi interés por aquella pieza, la Saeta de Miles Davis. Fueron las palabras de Enrique Morente, recogidas en el diario El País el 20 julio de 1994, las que terminaron de encenderme con respecto a la saeta:

“La saeta de Davis está a la altura de las de Caracol, Vallejo o La Niña de los Peines”

Evidentemente, Morente sabía de qué hablaba. En ese momento me limité a escarbar en Flamenco Sketches, incluida en “Kind of Blue” (CL 1355), así como en algunas de las biografías de Davis, para comprobar que su atracción por la música española era inversamente proporcional a sus conocimientos técnicos sobre la misma. Ya en 2013, en el Congreso Internacional Jazz in Spain, organizado por Jorge García e Iván Iglesias, mantuve interesantes conversaciones sobre la pieza con personalidades como Juan Claudio Cifuentes (Cifu) o Francesco Martinelli. Ya en 2014, el propio Martinelli presentaba una comunicación en el congreso Jazz beyond borders, celebrado en Ámsterdam en septiembre, en la que se refería a la Saeta de Davis como una apropiación, sin acreditar, de una grabación de La Niña de los Peines. Uno de los argumentos que sostenía era la existencia de un solo de trompeta tras la intervención de la cantaora sevillana, lo que podría haber inspirado a Davis a llevar a cabo la versión.

Muy poco después, en el Congreso de la SIBE celebrado en Cuenca, José Miguel López, responsable del espacio Discópolis de Radio 3, sostenía que Miles se habría basado en una grabación incluida en el archivo de Alan Lomax, recogido por Radio Nacional en Sevilla y publicada en Estados Unidos en 1955 (Columbia Masterworks SL 216). Aunque las observaciones históricas y técnicas que López planteó tenían todo el sentido, el discurso sobre lo musical me suscitó más preguntas que respuestas. Fue el espaldarazo definitivo para iniciar una investigación en ese sentido, sobre la cual voy a realizar un pequeño resumen en este blog, ya que un texto más técnico y académico sobre este tema se publicará en los próximos meses, tal y como he comentado previamente.

Pistas bibliográficas y discográficas

Para llevar a cabo esta investigación, me alié académicamente con Miguel Ángel Berlanga, docente e investigador de la Universidad de Granada y profundo conocedor de la saeta flamenca. Su aportación y perspectiva han sido indispensables para establecer las conexiones pertinentes y visualizar de forma clara las convergencias y divergencias entre la saeta propuesta por Davis y el mundo de las saetas, en general.  En primera instancia, revisando la información bibliográfica y discográfica disponible sobre el tema, se pueden destacar algunos puntos.

Lo primero, fue indagar en las posibles fuentes utilizadas tanto por Miles Davis como por Gil Evans, que escribió los arreglos del disco. Según George Avakian, antiguo productor de Miles Davis, según consta en la caja Miles Davis and Gil Evans. The complete Columbia Studio Recordings (Columbia, CXK 67397), a Gil Evans le llamaba especialmente la atención un disco de 10 pulgadas y 78 rpm de La Niña de los Peines, mencionando especialmente los metales y la voz de la cantaora, y que fue la inspiración para crear el disco, Sketches of Spain. Esta información nos pone en la pista de qué versión podría haber oído, teniendo en cuenta dos factores: por una parte, que se hubiera publicado en Estados Unidos. Por otra, que lo hubiera hecho la propia Columbia. Así, encontramos posibles opciones, como el disco Cante Flamenco. La Niña de los peines (Columbia C – 59), editado en 1941 y compuesto por cuatro discos de Shellac de 10 pulgadas y 78 rpm, en uno de los cuales encontramos una Saeta, titulada Se enturbecieron los cielos Además, fue reeditado en 1953:

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Existe otra referencia, Columbia 412 – M, cuya fecha de lanzamiento todavía no he podido determinar. Este disco también responde a la descripción ofrecida por Avakian, un 10 pulgadas a 78 rpm. Sin embargo, como se puede observar en la siguiente imagen, el número de matriz corresponde en ambas versiones, K823, por lo que independientemente del que eventualmente llegara a manos de Evans, el audio contenido sería el mismo:

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Si seguimos indagando en este sentido, en la biografía de Miles Davis publicada por John Szwed en 2003, este reincide en la idea de Avakian hablando sobre Gil Evans y la Niña de los Peines. Sin embargo, introduce un nuevo parámetro. Según Szwed, la actriz Beverly Bentley trajo a Davis desde España una copia de la Antología del Cante Flamenco, publicada por Hispavox en 1958 (HH 1201-2-3), y en la cual se incluyen cuatro saetas, dos de Lolita Triana y dos de Roque Montoya, Jarrito.

 

 

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John Szwed, además de acometer la biografía de Davis, lo hizo también con Alan Lomax, el famoso etnólogo americano que recorrió diversos países, entre ellos España, recopilando grabaciones de cada región sobre el terreno. Así, Szwed afirma que Avakian habría proporcionado una copia del Spanish World Library LP (también publicado en 1955, también por Columbia) a Miles Davis y a Gil Evans, de la cual habrían sacado tanto la saeta, grabada en Sevilla por una artista llamada La Macarena, como The Panspiper’s tune, de una Alborada de Vigo. Esta es la saeta a la que se refería José Miguel López, grabada por radio nacional e incluida en el archivo de Lomax:

 

Por lo tanto, estas son las fuentes que, de manera probable, Davis and Evans habrían podido manejar. Se trataría entonces de una versión de La Niña de los Peines, las cuatro versiones incluidas en la Antología del Cante Flamenco, y la recogida en el Spanish World Library de Alan Lomax. No hay que descartar en ningún caso otras fuentes, considerando además la similitud entre saetas. Iván Iglesias relaciona en su tesis doctoral la Saeta de Davis con una concreta de Manolo Caracol, aunque esta, de momento, no ha sido incluida en el análisis llevado a cabo.

La investigación, de un vistazo

Una vez ubicados unas más que posibles referencias, iniciamos el proceso de transcripción y análisis. Se realizó la transcripción tanto de la Saeta de Miles (en su versión original, no la extendida, ese es otro tema… que será zanjado en breve) como del resto de saetas “sospechosas”. Además, Miguel Ángel Berlanga disponía de numerosas transcripciones realizadas por él mismo de distintos tipos de saetas, así que el material para contrastar fue ingente. Según Berlanga, existió una saeta llana, muy común a finales del XIX y principios del XX, con un rango melódico muy restringido y en modo frigio. Desde su punto de vista, esta no sería la referencia que Davis, en su discurso melódico, podría haber seguido. Se parecería más a la saeta clásica, la que se desarrolla en la Semana Santa andaluza actual, que fue desarrollada durante la primera mitad del siglo XX. Con el tiempo, estas saetas se fueron extendiendo tanto en su longitud como en su rango melódico, adquiriendo un tono mucho más brillante.  De hecho, una vez realizadas las comparaciones, concluimos en que Davis habría tenido en mente la estructura de la saeta clásica, pero solo hasta cierto punto. A partir del minuto 2,39 se separaría de esta idea para generar un discurso distinto, alejado de la estética flamenca y de la saeta tradicional.

Sin embargo, pese a que desde un punto de vista estilístico estaría más cercana a las saetas modernas (1940/1950), como la recogida en la grabación de Alan Lomax, no existe la coda final, con lo que desde un punto de vista estructural recuerda a las de una sola sección, como las de La Niña de los Peines.

Como detalle, significativo pero detalle, encontramos el arreglo que Gil Evans realizó para imitar a la banda que enmarca la representación de la saeta. En este caso, habiendo comprobado no sólo las saetas localizadas sino numerosos ejemplos previos al lanzamiento de Sketches of Spain, la similitud entre la versión de Davis y la de la saeta recogida por Alan Lomax resulta más que evidente:

La niña de los Peines:

Alan Lomax (La Macarena):

Miles Davis/Gil Evans:

A modo de conclusión

Sin entrar en los matices melódico armónicos que han arrojado los análisis, sobre los que hemos sustentado nuestras conclusiones, se podría concluir diciendo que Miles Davis habría basado su saeta en la estructura de la saeta clásica, como la de la Niña de los Peines. Sin embargo, otros indicios sugieren que se introdujeron elementos de la saeta moderna, que estaría representada con claridad por la de Alan Lomax. Las recogidas en la Antología estarían a caballo entre ambas, pero he de decir que, desde una perspectiva microscópica, los motivos melódicos no presentan tanta conexión como la de La Niña de los Peines. El hecho de que se constate que Evans uso la versión de Lomax para realizar los arreglos hace pensar que Davis, lógicamente, también podría haberla oído. Parece, en suma, una mezcla de ambas, sin descartar la utilización de otras fuentes de las mencionadas.

Ya lo decía Morente, por supuesto que la saeta de Davis está a la altura de la de La Niña de los Peines. Los genios son así…

30 de noviembre de 2016.

J.Z.

Pd. Me gustaría dar las gracias, como va siendo habitual, a Fernando Ortiz de Urbina por su inestimable ayuda y colaboración en todo tipo de cuestiones relacionadas con esta (y otras) investigaciones.

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